También se ha podido comprobar que los programas de desarrollo de la preparación física son los de los adultos pero sometidos simplemente a las limitaciones de los más jóvenes. Es bastante evidente que un estudiante de 7 años no puede rendir igual que uno de 30, entonces... ¿en qué medida son apropiadas las prácticas de entrenamiento de adultos para jóvenes?.
Aunque esto suele suceder así, a raíz de diferentes estudios (Oña, 1987; Wickstrom, 1990; Ruiz Pérez, 1994) se ha llegado a un modelo general de aprendizaje motor y de habilidad específica que sigue el desarrollo motor general del niño.
Se han establecido 4 etapas de aprendizaje en relación con la edad en practicantes jóvenes:
· Desde el nacimiento a los 2 años.
· De los 2-8 años:
· De los 8-12 años:
· De los 12-16.
Nosotros sólo desarrollaremos aquellas necesarias para el estudio que nos ocupa:
· De los 2-8 años podemos constatar que el niño:
o Presta mayor atención.
o De andar pasa a correr y puede variar la velocidad.
o Muestra mayor conciencia corporal, lo que implica mayor coordinación.
o Mejoran las habilidades de: Saltar, caer, voltear, flexionarse, extenderse, retorcerse, empujar y estirar.
o Mejora la capacidad de lanzar, dar puñetazos, golpecitos y patadas, agarrar y evadirse.
· De los 8-12 años:
o Mejora de las habilidades adquiridas de los 2 a los 8 años.
o Capacidad de modificar una acción según la retroinformación disponible.
o Sabe si el movimiento está bien hecho y cual es el que más conviene posteriormente.
Aparte del desarrollo motor del niño en el aprendizaje específico del karate, también debemos tener en cuenta otros aspectos del entrenamiento, que en este estudio es igual para todos los sujetos:
· Aspectos fisiológicos: Nivel de fuerza, velocidad, resistencia, etc.
Intensidad del entrenamiento
· Aspectos psicológicos: Presión por parte de los entrenadores o padres.
Capacidad para hacer frente a la derrota o a la victoria.
Todo esto es necesario saberlo, lo que pretendemos es que a partir de aquí, nosotros podamos detectar en qué edades es mejor incidir en una determinada habilidad, y ver cómo ésta se desarrolla a lo largo del tiempo.
El trabajo ha sido realizado con 16 niños de diferentes categorías, para poder comparar las diferencias.
Lo que haremos será analizar las técnicas primero de forma particular (tren inferior y tren superior) y luego la técnica de forma general. Los chicos estudiados tienen todos el mismo tiempo de práctica lo que elimina la posibilidad de que sus diferencias se deban al tiempo de aprendizaje.
Antes de seguir adelante con la descripción de los ejercicios y de la investigación es necesario conocer la siguiente terminología:
· Kata: Forma. Conjunto de técnicas (de puño o piernas) en una línea imaginaria (embusen) contra un adversario imaginario.
· Zansin: Sensación final del kata. Es un sentimiento.
· Kamai: Posición preparatoria y alerta para el combate.
· Embusen: Línea de realización del kata.
· Ikite y sukite: son las posiciones del brazo en cualquier ataque o defensa.
Existen tres niveles en la técnica de brazos:
· Siko-dachi: Movimiento del kata de piernas que describimos más adelante.
· Zen-kutsu-dachi: Movimiento del kata de piernas que describimos más adelante.
· Shuto-uchi: Movimiento del kata de brazos que describimos más adelante.
· Oizuki: Movimiento del kata de brazos que describimos más adelante.
a) Objetivos
Con esta investigación lo que pretendemos es realizar un estudio sobre la evolución motriz de los niños en una especialidad concreta como es el karate. Esta información podrá ser utilizada después por los educadores/entrenadores para enseñar a sus alumnos de acuerdo con sus capacidades posibilitando así una optimización del aprendizaje y tratando de evitar la posibilidad de abandono por sentimiento de torpeza o incapacidad.
b) Descripción de los movimientos. Patrón maduro
Los motivos que nos han llevado a elegir los dos movimientos que describimos a continuación son principalmente el tratarse de varias de las posiciones más relevantes dentro del estilo de karate de los practicantes. Las conocen desde el primer momento y tienen la suficiente práctica como para que podamos intuir que la única diferencia entre ejecutantes se debe a su desarrollo motor y no al aprendizaje.
La secuencia de movimientos no es muy larga con el fin de adaptarse a la capacidad de retención de todos los niños, ya que los mayores recuerdan un kata completo pero los más pequeños no, acotándose a 4 ó 5 movimientos a lo sumo.
En definitiva lo que buscamos es utilizar dos movimientos básicos para evaluar a los niños y a la vez que estos movimientos sean relevantes en el estilo.
La investigación para ver el desarrollo de los niños se basará en la observación de la realización de los movimientos descritos a continuación.
1. Zen-kutsu-Dachi
El centro de gravedad (cdg) se desplaza hacia delante y se utiliza para técnicas que se vayan a ejecutar en esa dirección. Los puntos esenciales de esta postura son:
· El 60-70% del peso del cuerpo se apoya sobre la pierna adelantada.
· Separación lateral de los pies: para no comprometer la estabilidad, esta no debe ser menor del ancho de las caderas.
· La pierna adelantada debe estar fuertemente flexionada, con la tibia vertical. El borde interno del pie está ligeramente girado hacia el interior, el pie reposa sobre toda su planta y no sobre el borde exterior. La torsión de la pierna está siempre orientada en la dirección del pie.
· La pierna retrasada está rígida y extendida, y con la rodilla tensa, su función es la de empujar al cuerpo hacia delante. La rodilla y el pie apuntan como máximo hacia delante para que las tensiones de las articulaciones de la rodilla y del tobillo se dirijan correctamente en el sentido del movimiento. El talón no debe despegarse del suelo.
2. Shiko-Dachi
Es la postura del jinete. Los pies están separados, las rodillas flexionadas mirando hacia fuera. El cuerpo se mantiene vertical, de perfil con respecto al adversario, por lo tanto la cabeza permanece girada 90&186;. El eje de las caderas es paralelo al suelo.
Los puntos esenciales son
· Peso del cuerpo uniformemente repartido entre las piernas.
· La apertura de ellas depende del karateka y su morfología, aunque suele ser 1 1/2 ó 2 el ancho de las caderas.
· Los bordes internos de los pies se mantienen a 45&186;.
· Las rodillas y tobillos están flexionados al menos 90&186;. La tensión de las rodillas se ejerce hacia fuera a pesar de que éstas miren ligeramente hacia adentro.
· El cuerpo debe estar bien erguido, vertical y de perfil respecto al adversario, el abdomen contraído y las nalgas firmes. Idealmente la espalda, nalgas y talones deben estar sobre el mismo plano vertical.
· El eje de las caderas está paralelo al suelo.
3. Oizuki
Es un golpe directo ejecutado con el puño al avanzar ampliamente el pie retrasado hacia el adversario. Se golpea por el lado correspondiente a la pierna adelantada. El gran desplazamiento de las caderas en dirección del golpe es el que le proporciona una gran fuerza de penetración.
El oizuki es el ataque de puño fundamental, utilizado especialmente para los asaltos de estudio; es una de las técnicas típicas del karate y contiene numerosos principios comunes a otros movimientos; progresar en el oizuki es progresar también en el conjunto de técnicas de karate mediante el descubrimiento de muchos principios esenciales.
Los puntos esenciales son:
· Velocidad de ejecución.
· No inclinar el cuerpo hacia delante.
· Girar el pie adelantado hacia fuera.
· Tronco siempre vertical.
4. Shuto-uchi
Es una defensa con el canto exterior de la mano. Su fuerza es tan grande que puede romper la muñeca del adversario. Sirve para bloquear ataques a nivel chudan.
Ejecución técnica: la mano ejecutora parte de la oreja contraria mirando al cielo y realiza un movimiento de rotación interna y descenso para extenderse totalmente y defender.
El ikite también realiza un movimiento de rotación externa para terminar mirando al cielo.
2. Método
a) Características de los sujetos
Se trata de un grupo de chicos/as, en total 16, cuyas edades abarcan de los 5 a los 11 años, y que han practicado karate durante 18 meses. Todos pertenecen a la misma escuela, recibiendo las clases del mismo monitor. Se trata de chicos de clase media que acuden a un mismo colegio, por lo que el desarrollo en este sentido es el mismo, a excepción de las diferencias por la edad.
Del total de la muestra, el 68,75% son niños y el 31,27% niñas. La media de edad de la investigación es de 8,8 años.
Encontramos que:
· El 6,25% tiene 5 años (1 sujeto varón)
· El 25% tiene 6 años (4 sujetos: 2 niños y 2 niñas)
· El 18,75% tiene 9 años (3 sujetos varones)
· El 18,75% tiene 10 años (3 sujetos varones)
· El 31,25% tiene 11 años (5 sujetos: 3 niñas y 2 niños)
También podemos observar que de los grados existentes, blanco-amarillo y amarillo, el 31,25% de los niños poseen el primero (5 niños) y el 68,75% el segundo (11 niños); siendo los blanco-amarillo de los más pequeños y los amarillos de los mayores.
Si hacemos un análisis por categorías encontramos:
· Benjamín: 31,25% (5 sujetos)
· Alevín: 38,50% (6 sujetos)
· Infantil: 31,25% (5 sujetos)
b) Variables contaminantes a tener en cuenta
A lo largo de la investigación se han encontrado una serie de variables que en principio pueden modificar los resultados obtenidos. A continuación se exponen cuales son y el método utilizado para atajarlos:
· Ruido: Puede causar errores en la ejecución porque se desconcentren. Para evitarlo el niño ejecutará en una sala aparte.
· Ensayo: si los niños se ven pueden practicar hasta que llegue su turno de ejecución. Le encontramos la misma solución que al ruido.
· Nerviosismo al sentirse observado: se les dice previamente que no es ningún examen, que no tiene ninguna relevancia en su trayectoria como deportista. Ellos están acostumbrados a ejecutar delante de su profesor.
· El observador adicional: es un contaminante a tener en cuenta, pero inevitable en este caso por la morfología del aula. Aún así, éste ya es conocido por los niños, que lo han visto de vez en cuando por el gimnasio.
c) Instrumento de recogida de datos
Fue elaborada una tabla con todos los ítems que los dos observadores consideraban más importantes dentro del movimiento, poniendo al lado una combinación binaria SI/NO. Para llegar al consenso y elaborar la hoja de registro fue necesaria la aportación de 3 personas con un nivel y experiencia en karate considerable (Negro Primer DAN). Los ítems utilizados para las hojas son los más relevantes de cada técnica utilizando la experiencia y la bibliografía. La razón de utilizar esta hoja de observación es porque así podemos observar los puntos principales de la técnica y ver como evoluciona a lo largo de las distintas edades. Para esto se ha separado la posición y el ataque/defensa, para analizarlo por partes y posteriormente hacerlo de forma general.
EDAD: años.
SEXO: masculino/femenino
GRADO: blanco-amarillo/amarillo
TIEMPO DE PRÁCTICA: 18 meses
ZENCUSUDACHI SÍ NO
1. Pie adelantado mirando al frente.
2. Pie atrasado a 45&186; de la línea de trayectoria de movimiento.
3. Rodilla adelantada flexionada aproximadamente 110&186;.
4. Rodilla atrasada extendida totalmente.
5. Planta del pie totalmente apoyada.
6. Separación de los pies a la altura de los hombros.
7. Tronco mirando al frente.
OISUKI SÍ NO
1. Ikite colocado.
2. Ataque de puño bien cerrado.
3. Extensión total del codo.
4. Puño mirando al suelo.
NADA POCO BIEN
1. ZANSIN
2. COORDINACIÓN GENERAL
3. FUERZA
SICODACHI SÍ NO
1. La punta de los pies orientada 45&186; con respecto a la línea de la trayectoria.
2. Rodillas flexionadas aproximadamente 110&186;.
3. La proyección de la cadera es perpendicular a la línea del movimiento.
SUTO SÍ NO
1. Ikite colocado.
2. Manos extendidas
3. Brazo defensor totalmente extendido.
4. Ikite debajo del pecho.
5. Ikite mira hacia el techo.
6. Suto mira al suelo.
7. Colocación del suto adecuada.
NADA POCO BIEN
1. ZANSIN
2. COORDINACIÓN GENERAL
3. FUERZA
Figura 5. Hoja de observación y registro
d) Información inicial
En la clase anterior a la observación y toma de datos, se les enseñó a los sujetos la secuencia de movimientos (ellos ya conocían los movimientos aislados) durante 5 minutos pero no se les dijo nada de lo que sucedería al día siguiente para que no entrenasen más. Al día siguiente se les dijo que iban a ejecutar delante del profesor y otro observador unos movimientos que éstos le dijesen, que lo intentasen hacer lo mejor posible, pero que no se preocupasen que no era ningún tipo de examen. También se les dijo que no tendría relevancia para ellos, que estaban realizando un estudio.
e) Descripción del registro
Después de darle la información necesaria a los niños, éstos quedaron en una sala y los observadores (2 sujetos con un nivel de aprendizaje superior a negro 2ª Dan) se fueron a otra donde había un tatami y se colocaron en los puntos cruciales, que son:
Una vez colocados se les hace pasar uno a uno y se les pide que ejecuten lo aprendido en la clase anterior, dándole 2 minutos para recordarlo, el niño ejecuta y al salir se va a casa para que no pueda comentar con los compañeros qué se está haciendo y estos practiquen. Todos deben ser evaluados en las mismas condiciones. Una vez finalizada la recogida de datos, los observadores se reúnen para comparar y analizar los resultados.
f) Material utilizado:
Tatami de competición, hoja de observación y registro.
3. Discusión
A pesar de contar con una muestra reducida, los resultados obtenidos apuntan a que el desarrollo motor es un factor determinante en el desarrollo general de una actividad como el karate, donde los conocimientos y el dominio corporal son fundamentales. A nivel particular, y centrándonos en los movimientos analizados, vamos a ver a continuación las conclusiones que podemos extraer en torno a cada uno. En este trabajo nos limitaremos a los aspectos estudiados que se centran en un análisis genérico de la técnica; puesto que nuestro objetivo gira en torno a valorar de modo global la evolución de estos movimientos entre 5 y 11 años; lo que no quiere decir que sean los únicos que se pueden analizar y que dependerá de los objetivos perseguidos en cada caso.
Si observamos las tablas de resultados, podemos deducir que el zencusudachi mejora con la edad; siendo mucho más significativa la mejora del grupo de infantiles respecto a los alevines (26 %) que de éstos respecto a los benjamines (3 %). Finalmente se obtiene un 83 % de aspectos correctos en la categoría infantil; aunque sólo un 29 % de los niños de esta categoría realiza todos los aspectos de los movimientos correctamente, por lo que podemos inferir que el estadío maduro de este movimiento se logra en categorías superiores a las analizadas.
Si estudiamos la evolución de este movimiento de modo más analítico, encontramos que los aspectos que mejoran de forma más evidente son la orientación del tronco al frente y el apoyo completo de la planta del pie, logrando ser realizados correctamente por todos los sujetos de la categoría infantil.
Por el contrario, el ángulo de flexión de la pierna adelantada se ha revelado como el aspecto que menos niños consiguen dominar, incluso en la categoría infantil, tan solo el 60 % de los casos consigue realizarlo correctamente, aunque si constatamos una mejora progresiva con la edad.
En el oisuki también se evidencia una clara mejoría con la edad, produciéndose esta de modo más uniforme que en el zencusudachi a lo largo de las tres categorías.
Si tenemos en cuenta que tanto el nivel inicial como el logrado en la categoría superior de las estudiadas es mayor en este movimiento que en el zencusudachi, podremos extraer que se trata de movimientos más sencillos o al menos, más adaptados para edades inferiores. Una posible explicación a investigar, teniendo en cuenta la importancia del control visual para el conocimiento y control corporal, y considerando que los niños incluyen dentro de su campo visual sus propios brazos, y no sus piernas, sería este canal visual como responsable de estas diferencias entre brazos y piernas. De ser así podríamos sugerir como medios para la enseñanza y el entrenamiento, la ampliación de la información visual en categorías inferiores (por ejemplo con la utilización de espejos).
El aspecto del oisuki que se manifiesta como más complejo en relación al porcentaje de sujetos que lo han realizado correctamente en cada categoría es el “ataque de puño bien cerrado”, siendo el único aspecto del movimiento que no consigue realizar la totalidad de los niños infantiles; tan solo el 60 %.
Por otra parte, la extensión completa del codo se realiza correctamente por parte de todos los niños en todas las categorías. Entonces, este ítem no nos informará sobre la evolución en estas edades, más bien podrá ser significativo como indicador de algún problema en aquellos casos en que no se diera correctamente.
El segundo aspecto más sencillo del movimiento es la orientación del puño mirando al suelo, conseguida por el 80 % de los benjamines y el 100 % de los niños de las demás categorías.
El ikite colocado, por su parte, sigue una progresión en relación a la edad, realizándose correctamente por el 40 % de los benjamines, el 67 % de los alevines y el 100 % de los infantiles.
En la evolución del sicodachi, encontramos que va mejorando con la edad, siendo el único de los movimientos estudiados en que se consigue la forma madura en el 100 % de los niños de la categoría infantil. Dentro de este movimiento, la orientación de los pies es el aspecto que antes se logra, realizándolo correctamente todos los niños en las categorías alevín e infantil.
La flexión de rodillas, por el contrario, ha sido el aspecto que más se tarda en conseguir. Aunque todos los niños de la categoría infantil la realizan correctamente, se produce una clara progresión con la edad, pasando de un 40 % de niños que lo ejecutan correctamente en la categoría benjamín, a un 67 % en alevín, para finalmente realizarlo todos bien en la categoría infantil.
En el shuto, como sucede en la mayoría de los movimientos analizados, podemos decir que no se logra un nivel maduro en ninguna de las categorías estudiadas. Si constatamos una mejora de la ejecución de los niños de categorías alevín e infantil respecto a los pequeños de categoría benjamín; pero no existen diferencias importantes entre las ejecuciones de los niños de entre 9 y 11 años. Esto no debe sorprendernos, especialmente si tenemos en cuenta que se trata de uno de los movimientos más complejos del conjunto de iniciación, por lo que el aprendizaje del mismo, aún a los 11 años, no está completado, y hallamos una ejecución inconsistente.
En un análisis más detallado de los aspectos que definen el shuto, también encontramos la confirmación de este hecho en la evolución irregular que a lo largo de las categorías estudiadas sufre la eficacia en algunos factores como el ikite colocado o la extensión completa del brazo defensor.
A partir de estos datos, podemos inferir que se trata del movimiento analizado que supone una mayor complejidad y sería necesario estudiar su evolución en categorías superiores para poder definir cómo y cuando se consigue la madurez en él.
Por otra parte, encontramos que el ikite mirando al techo y shuto mirando al suelo ya se realizan correctamente por el 100 % de los niños desde la categoría benjamín, por lo que podríamos considerarlos aspectos que se corresponden a un nivel evolutivo inferior.
Por el contrario, del resto de elementos definidores del movimiento, las manos extendidas es el único aspecto que logra desarrollar el 100 % de los niños infantiles, por lo que podríamos situar este único elemento en el nivel evolutivo de entre 9 y 11 años, ya que de un 60 % de benjamines que lo realiza correctamente, pasamos a un 100 % en la categoría alevín.
En el análisis del zansin, coordinación general y fuerza, vemos que en todos los movimientos analizados, la mejora más significativa se produce en la coordinación general. Este hecho se puede relacionar con el asentamiento de los niños en el período cognitivo de las operaciones concretas cuando se encuentran en la categoría infantil (11 años). Este desarrollo cognitivo les facilitará el conocimiento, ejecución y correcciones del gesto de un modo más analítico, objetivo y consciente, frente a una concepción mucho más global y simbólica en períodos anteriores, lo que en general se traduce en una mejor técnica o coordinación general del gesto, como ahora es el caso.
También evoluciona positivamente la fuerza a lo largo de las tres categorías, como corresponde a la mejora de esta cualidad a lo largo de estas edades. De todos modos, incluso en la categoría infantil, la fuerza aplicada en el movimiento sigue siendo insuficiente; pero esto no debe preocupar a los entrenadores ya que en la siguiente categoría, con la llegada de la pubertad cabe esperar un fuerte incremento en esta cualidad.
Finalmente, el zansin es el aspecto general que menos mejora en estas categorías. De hecho, podemos decir que es prácticamente inexistente en las dos categorías inferiores y su mejora a partir de la categoría infantil es todavía muy leve. Para explicar este hecho hemos de tener en cuenta varias cuestiones: en primer lugar que el zansin no se corresponde con un gesto técnico concreto o una característica particular del mismo; sino que es un sentimiento relacionado con un conocimiento general del kárate. A partir de aquí hay que considerar que estos niños por una parte, tan solo llevan dieciocho meses practicando este deporte, período demasiado breve para que este sentimiento y conocimiento general haya podido ser algo más que incipientes. Y por otra, que por las características cognitivas del período evolutivo en que se encuentran, aún tienen importantes dificultades para comprender y asimilar conceptos y cuestiones más abstractas. Esto último explica en parte unos mejores resultados del zansin en los niños de la categoría infantil, que ya están entrando en el período cognitivo de las operaciones formales, lo que les permitirá abordar con mayor facilidad la comprensión y asimilación de conceptos abstractos y descentrados de sí mismos como eje de referencias. En cualquier caso la complejidad del zansin es tal, que incluso en karatekas expertos no siempre se consigue completamente, por lo que una buena aproximación es lo máximo que a menudo podemos esperar de nuestros deportistas.
Si para terminar realizamos una visión global de los movimientos analizados, podemos afirmar que en ambos se produce una mejora primero en los movimientos que afectan al tren superior y más tarde en los que afectan al tren inferior.
Además, los resultados de cada niño en particular y del conjunto de ellos, son mejores en aspectos analíticos del movimiento que en la ejecución global del gesto. Esto puede relacionarse por una parte con las dificultades para memorizar una serie de movimientos, sobre todo en las categorías inferiores y por otra en la forma en que han sido aprendidos los movimientos: si éstos han sido aprendidos primero de forma analítica para luego unirlos y conseguir el gesto global, es muy probable que esto cause unos mejores resultados a nivel analítico que global.
Sobre este último punto, y enlazándolo con la introducción, quizá sería interesante aconsejar a los profesores y entrenadores de pequeños karatekas que tratasen de desarrollar métodos de enseñanza adaptados a las características evolutivas de los niños a los que se dirigen; ya que su baja capacidad memorística y analítica frente a una mayor capacidad global de estas edades, puede sugerir que la adaptación de los mismos métodos que tradicionalmente se han utilizado para la enseñanza de adultos muy probablemente no sean los más adecuados para niños pequeños.
Como conclusión, muchos autores aseguran que el karate es uno de los pocos deportes que se aprende durante toda la vida, que es una mezcla de práctica, pero sobre todo de conocimiento y dominio corporal. En este trabajo queda demostrado que al menos en las primeras edades esto sucede así.
Sería interesante que partiendo de este mismo estudio como referencia se realizara con una muestra suficiente para que los datos obtenidos sirviesen de mayor ayuda a los profesores y estudiosos del tema.
Bibliografía
· Apuntes del examen de 2&186; DAN de karate. No publicados.
· Gummerson, T. (1993) Enseñanza de las artes marciales. Ed: Paidotribo. Col: Artes Marciales.
· Habersetzer, R. (1990) Karate - Do. Editorial Hispano Europea. Barcelona.
· Oña, A. (1987) Desarrollo y Motricidad. C.D. INEF. Granada.
· Ruiz Pérez, L.M. (1994) Desarrollo motor y actividades físicas. Gymnos. Madrid.
· Sáenz Fernández, F. (1992) Didáctica y técnica del karate.. Publicaciones Fher S.A. Bilbao
· Web de la Federación Española de Karatev Wickstrom, R. (1990) Patrones motores básicos. Alianza. Madrid.
Universidad de Extremadura
Facultad de Ciencias del Deporte.
*Estudiante de 2&186; ciclo de la Licenciatura en
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
**Doctora en Ciencias de la Actividad Física
y el Deporte. Profesora de Desarrollo Motor.
Angélica Delgado Torralvo*
Eva Collado Rodilla*
María Luisa Rivadeneyra**
mlrivade@unex.es
(España)
Extraído de: efdeportes.com